domingo, 11 de diciembre de 2011


Capítulo 5

Fue otra chirigota que gustó mucho en el Falla y en la calle y también iba siempre mucha gente detrás.

Ésta es mi madre
En la Viña había un concurso al mejor piropo al Barrio y Los cegatos se presentaron con esta letra:

Pasodoble

Unas calles de adoquines,
un bullicio de criaturas,
menos colegios que cines,
no existen jardines en su estructura.
La preocupación constante
por la mar y por los vientos:
el poniente o el levante,
dioses importantes
para el sustento.
Con una red,
un garabato, un aparejo
y su gran fe
el caletero se hace viejo.
En general
eso es el popular barrio de la Viña:
gente que vive,
trabaja y sigue
sin propiedades ni intimidad;
y el extraño misterio
de su alegría y su felicidad.
Pero no se comieron nada.  Aunque eso no importó porque lo pasamos muy bien cantando por todas partes y con todos los niños en la Cabalgata haciendo tipo por toda la Avenida. Ese año recuerdo que llovió mucho algunos días y sólo pudimos salir tres. Y el martes o el miércoles, no recuerdo muy bien, se bautizó mi prima Marta, la hija del Chico y Sefi; y como teníamos que irnos para cantar después del bautizo, pues la chirigota iba vestida con el tipo; y mi padre, que era el padrino y mi tío Chico, bautizaron a mi prima vestidos de cegatos.

Al otro domingo también salimos en la otra cabalgata, la del Parque. Antes de salir fuimos a un sitio de la Viña que venden gambas y compramos unas cajas muy grandes de gambas y pescado frito y nos lo comimos sentados en los bancos del Parque; pero como había muchas gambas, Romualdo llevaba una bolsa grande; y cuando los niños le tiraban papelillos desde las carrozas, él les tiraba gambas.

Yo iba disfrazado de ratoncito; pero me acuerdo que mi padre me llevó a Sevilla porque la chirigota tenía que cantar en el teatro Lope de Vega y mi tía Tere me prestó un disfraz de cegato de mi prima Irene y mi padre me lo puso para salir con ellos al escenario. Era la primera vez que me vestía de cegato y me puse muy contento. Mi padre me llevó con él al escenario y no veas la que se lió en el Teatro cuando vieron a un niño tan chico cantando y haciendo tipo y las mímicas de los pasodobles y los cuplés. Se formó tanto que la gente no escuchaba a la chirigota porque todo el mundo estaba pendiente de mí. Entonces mi padre, para que la chirigota no se molestara, decidió que yo no saliera a cantar en la segunda parte; y para que yo no llorara, mi madre, que había ido con nosotros, se tuvo que venir para Cádiz con unos amigos.
Pero eso fue después de Semana Santa; antes habíamos ido a cantar a otros sitios; y lo más bonito era en Carnaval, que la gente venía por todas partes detrás de nosotros y también se aprendían el popurrí que teníamos que cantarlo siempre dos o tres veces.
                            
También dio un pelotazo el cuplé del Papa, que hicieron mi tío y el Gómez y que decía así:

Cuplé

La visita del Papa mucha polémica levantó
por lo cara que costó
y por el tiempo que se llevaba en televisión.
cuarenta millones en guardaespaldas;
qué de dinero cuestan los ángeles de la guarda.
Se llevaron nueve diítas
papeando los capillitas;
por eso no me extraña
que hubiera gente en el aeropuerto
con una pancarta que decía
te despedimos con “totus tuus”

Estribillo

¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!
qué malo es el vino.
¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!
que te pone ciego
¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!
te via da un consejo:
dámelo, tráelo, que ahora lo tiro yo.

Ese cuplé teníamos que cantarlo siempre porque la gente siempre lo pedía. Y aunque ya se lo sabían de memoria, había que cantarlo.


A Los cegatos…los contrataron en Televisión Española para un programa que se llamaba Usted, por ejemplo. Fueron en avión a Madrid y allí cantaron su repertorio. Yo lo tenía en un vídeo pero ya no sé donde está.



En esta foto están en Madrid, en el edificio de la tele.

También me acuerdo que en primavera, después de Semana Santa, íbamos a Arcos, a una venta que se llamaba La Chen; y allí lo pasábamos muy bien porque comíamos todos y después la chirigota cantaba y cada uno hacía lo que quería en un escenario que ponía la Chen en el salón.

Mi padre siempre cantaba acompañado de Juanín a la guitarra. También cantaba Manolo el Loco y Juan el Caracol contaba los chistes que él contaba cuando formaba el grupo con Gonzalo, Jesús y Caballero y que se llamaba Al mal tiempo, buena cara.

Otro que también cantaba era Barroso, el suegro de Jesús, el caja; que también era padre de Tere y abuelo de Jesusín y Miguel Ángel.
Barroso era autor y había salido en coros antiguos y se sabía muchos tangos de esa época. Y yo me acuerdo que a mi padre y a los demás les gustaba mucho que cantara esas coplas antiguas porque eran muy bonitas y él cantaba muy bien.

Cuando ya todo el mundo había cantado salía la Chen con un traje de fiesta con muchos volantes y plumas y nos cantaba; y cuando terminaba la canción se levantaba el vestido y no tenía bragas y se le veía la picha y ahí todos los niños nos dimos cuenta de que era un hombre vestido siempre de mujer. Pero era muy cariñosa con los niños y nos hacía regalos.


Los cegatos cantando en "La Chen"


Mi abuelo ese año sacó los comuneros, que aunque llevaba un pasodoble muy bonito que yo me lo sé, no fue tan buena como la anterior; pero también nos la encontramos alguna vez por la calle yendo para cantar en algún tablao o algo, porque por la calle nada más que cantábamos, nosotros, el Lete y mis tíos, nadie más.

Los comuneros
                          
    
  Y mis Tíos Nandi y Salvi sacaron “American foot ball”, que era una chirigota muy loca que iba de jugadores de rugby.


En el Falla no llegaron a nada y, encima, el melón que llevaban de balón se rompió en el escenario y uno de ellos empezó a comérselo y se lió una gorda.
Pero que la chirigota no sea buena, a mi tío Nandi no lo desanima mientras que la gente del grupo sea “enrollá” y no se porte mal; cuando mis tíos dan con chavales que saben disfrutar y pasan de los premios,  es feliz en la calle cantando.








Boceto y portada de "American Foot-ball"

 Mi tío Emilio y Gómez sacaron “Los peliculeros”; ya en ésta iba más gente porque Gómez no salió con nosotros. También fue la primera vez que salía Paco Leal con ellos, que iba de Marylín Monroe con el vestido blanco de la película “La tentación vive arriba” (según mi padre) y que se le levantaba con el viento.
Yo me acuerdo que fuimos a comer al colegio La Salle-Viña y allí aparecieron ellos y echamos un ratito muy bueno cantando y la gente se reía mucho con los cuplés de ellos y aplaudía mucho las coplas nuestras.

De esa chirigota sólo recuerdo el estribillo, que decía así:

Estribillo

Somos los peliculeros
somos la jartá de chulos
somos los peliculeros
porque tenemos
pelos en el… ¡corten!

Paco Leal de Marilyn


                                   


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