Capítulo 5
Fue otra chirigota que gustó mucho en
el Falla y en la calle y también iba siempre mucha gente detrás.
Ésta es mi madre |
Pasodoble
Unas calles de adoquines,
un bullicio de criaturas,
menos colegios que cines,
no existen jardines en su estructura.
La preocupación constante
por la mar y por los vientos:
el poniente o el levante,
dioses importantes
para el sustento.
Con una red,
un garabato, un aparejo
y su gran fe
el caletero se hace viejo.
En general
eso es el popular barrio de la Viña:
gente que vive,
trabaja y sigue
sin propiedades ni intimidad;
y el extraño misterio
de su alegría y su felicidad.
Pero no se comieron nada. Aunque eso no importó porque lo pasamos muy
bien cantando por todas partes y con todos los niños en la Cabalgata haciendo
tipo por toda la Avenida. Ese año recuerdo que llovió mucho algunos días y sólo
pudimos salir tres. Y el martes o el miércoles, no recuerdo muy bien, se
bautizó mi prima Marta, la hija del Chico y Sefi; y como teníamos que irnos
para cantar después del bautizo, pues la chirigota iba vestida con el tipo; y
mi padre, que era el padrino y mi tío Chico, bautizaron a mi prima vestidos de
cegatos.
Al otro domingo también salimos en la
otra cabalgata, la del Parque. Antes de salir fuimos a un sitio de la Viña que
venden gambas y compramos unas cajas muy grandes de gambas y pescado frito y
nos lo comimos sentados en los bancos del Parque; pero como había muchas
gambas, Romualdo llevaba una bolsa grande; y cuando los niños le tiraban
papelillos desde las carrozas, él les tiraba gambas.
Yo iba disfrazado de ratoncito; pero
me acuerdo que mi padre me llevó a Sevilla porque la chirigota tenía que cantar
en el teatro Lope de Vega y mi tía Tere me prestó un disfraz de cegato de mi
prima Irene y mi padre me lo puso para salir con ellos al escenario. Era la
primera vez que me vestía de cegato y me puse muy contento. Mi padre me llevó
con él al escenario y no veas la que se lió en el Teatro cuando vieron a un
niño tan chico cantando y haciendo tipo y las mímicas de los pasodobles y los
cuplés. Se formó tanto que la gente no escuchaba a la chirigota porque todo el
mundo estaba pendiente de mí. Entonces mi padre, para que la chirigota no se
molestara, decidió que yo no saliera a cantar en la segunda parte; y para que
yo no llorara, mi madre, que había ido con nosotros, se tuvo que venir para
Cádiz con unos amigos.
Pero eso fue después de Semana Santa;
antes habíamos ido a cantar a otros sitios; y lo más bonito era en Carnaval,
que la gente venía por todas partes detrás de nosotros y también se aprendían
el popurrí que teníamos que cantarlo siempre dos o tres veces.
También dio un pelotazo el cuplé del
Papa, que hicieron mi tío y el Gómez y que decía así:
Cuplé
La visita del Papa mucha polémica
levantó
por lo cara que costó
y por el tiempo que se llevaba en
televisión.
cuarenta millones en guardaespaldas;
qué de dinero cuestan los ángeles de
la guarda.
Se llevaron nueve diítas
papeando los capillitas;
por eso no me extraña
que hubiera gente en el aeropuerto
con una pancarta que decía
te despedimos con “totus tuus”
Estribillo
¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!
qué malo es el vino.
¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!
que te pone ciego
¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!
te via da un consejo:
dámelo, tráelo, que ahora lo tiro yo.
Ese cuplé teníamos que cantarlo
siempre porque la gente siempre lo pedía. Y aunque ya se lo sabían de memoria,
había que cantarlo.
A Los
cegatos…los contrataron en Televisión Española para un programa que se
llamaba Usted, por ejemplo. Fueron en
avión a Madrid y allí cantaron su repertorio. Yo lo tenía en un vídeo pero ya
no sé donde está.
En esta foto están en Madrid, en el edificio de la tele. |
También me acuerdo que en primavera,
después de Semana Santa, íbamos a Arcos, a una venta que se llamaba La Chen; y allí lo pasábamos muy bien
porque comíamos todos y después la chirigota cantaba y cada uno hacía lo que
quería en un escenario que ponía la Chen en el salón.
Mi padre siempre cantaba acompañado de
Juanín a la guitarra. También cantaba Manolo el Loco y Juan el Caracol contaba
los chistes que él contaba cuando formaba el grupo con Gonzalo, Jesús y
Caballero y que se llamaba Al mal tiempo,
buena cara.
Otro que también cantaba era Barroso,
el suegro de Jesús, el caja; que también era padre de Tere y abuelo de Jesusín
y Miguel Ángel.
Barroso era autor y había salido en
coros antiguos y se sabía muchos tangos de esa época. Y yo me acuerdo que a mi
padre y a los demás les gustaba mucho que cantara esas coplas antiguas porque
eran muy bonitas y él cantaba muy bien.
Cuando ya todo el mundo había cantado
salía la Chen con un traje de fiesta con muchos volantes y
plumas y nos cantaba; y cuando
terminaba la canción se levantaba el vestido y no tenía bragas y se le veía la
picha y ahí todos los niños nos dimos cuenta de que era un hombre vestido
siempre de mujer. Pero era muy cariñosa con los niños y nos hacía regalos.
Los cegatos cantando en "La Chen" |
Mi abuelo ese año sacó los comuneros, que aunque llevaba un pasodoble muy bonito que yo me lo sé, no fue tan buena como la anterior; pero también nos la encontramos alguna vez por la calle yendo para cantar en algún tablao o algo, porque por la calle nada más que cantábamos, nosotros, el Lete y mis tíos, nadie más.
Los comuneros |
En el Falla no llegaron a nada y, encima, el melón que llevaban de balón se rompió en el escenario y uno de ellos empezó a comérselo y se lió una gorda.
Pero que la chirigota no sea buena, a
mi tío Nandi no lo desanima mientras que la gente del grupo sea “enrollá” y no
se porte mal; cuando mis tíos dan con chavales que saben disfrutar y pasan de
los premios, es feliz en la calle cantando.
Mi tío Emilio y Gómez sacaron “Los peliculeros”; ya en ésta iba más
gente porque Gómez no salió con nosotros. También fue la primera vez que salía
Paco Leal con ellos, que iba de Marylín Monroe con el vestido blanco de la
película “La tentación vive arriba” (según mi padre) y que se le levantaba con el viento.
Yo me acuerdo que fuimos a comer al
colegio La Salle-Viña y allí aparecieron ellos y echamos un ratito muy bueno
cantando y la gente se reía mucho con los cuplés de ellos y aplaudía mucho las
coplas nuestras.
De esa chirigota sólo recuerdo el
estribillo, que decía así:
Estribillo
somos la jartá de chulos
somos los peliculeros
porque tenemos
pelos en el… ¡corten!
Paco Leal de Marilyn |
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